gotas de silencio
bañan promesas
ilusiones en cuarto
menguante
destellos de luz
opaca delicias
hojas secas
otoños cardinales
desafío interior
terciopelo en cada roce
con el amor

despierta entre nubes
la pasión otoñal
juntando los ocres
que dejo el vendaval
lágrimas de cristal
coronando mañanas
de desnudo follaje
suspiros hechos brisa
lamentos deshojados
riegan el lecho sagrado
de la conquista estival

nubes pasajeras
como intentos
que se echan al mar
rocío en las mañanas
sin destellos de llegar
costumbres instauradas
sin demasiado trajinar
despojos en la ropa
quedando siempre atrás
delicias encausadas
por el arrabal
y las nubes
como intentos
siguen ahí

cielos de pesado azul
se disputan las nubes
disfraces entre bruma
escapan penumbras
del brazo del soñar
que todo tapiza
de inmortalidad
ángeles de alas mustias
limitan el pensar
marchitan los idilios
lo que no se da
agonía en besos
dados en otro lugar

niebla que seduce
frío que conquista
corazón enlazado
distancias amarillas
otoños en miradas
pétalos cayendo
sobre las intenciones
del enamoramiento
soles cadenciosos
bailando a la deriva
lunas misteriosas
dando sus delicias
como una flor
se abre en el rocío

amanece pudor
entre lágrimas
revuelo en un lugar
de pura calma
tornados ambulantes
desequilibrio en la piel
enredo supersticioso
fuego en un papel
ventanas infinitas
que no dejan ver
lo que sangra la luna
queriendo querer

gotas de silencio en vilo
sumando inquietudes
se esparce penumbra
acumulando fríos
sobre los pétalos
brindados al abismo
besos de primavera
en lunares de deseo
duerme solo el tiempo
en brazos austeros
de quienes sueñan
amanecer en silencio
llevando pestañas
arqueando misterios
caricias derramadas
sobre los intentos
dejando libre los dedos
que buscan las delicias
de conquistar inviernos