en los labios el sabor
de la promesa
en las manos magia
de belleza
y en el corazón
late la idea
de amar hasta el final
de las caricias

duerme en flor
sobre el jardín
del ocre intento
en los otoños
maltrechos
buscando néctar
en pimpollos
suena el color
en cada voz
alimentando ilusión
primaveral delicia
lechos de perlas
entre sonrisas
que iluminan el rezo
de las pupilas

se derriten intentos
de amanecer espontáneo
mirada en danza ritual
pasionales hogueras
donde arden los besos
dejando estelas en la piel
de enamorados suspiros
perfumando el ámbar
en gotas de amor
que derraman pupilas
buscando iluminar
la solitaria vigilia

la emoción cruza
cada fibra intima
del susurro austero
que divulga a oscuras
milagros en el viento
caricias en vaivén
sobre el dorado deseo
de conquistar la boca
anticipando un latido
derrumbando idilios
otrora desconocidos

nacen las mañanas
vuelve a empezar
el rocío en cada velo
alas bien abiertas
de plena libertad
escapando íntimamente
de lo que se debe hacer
dejando en cada hueco
una señal para volver
a buscar intermitencias
sin dejarse caer
en guirnaldas de piruetas
que dibujan heridas
en sus pies

se deja caer
el susurro
en la falda
del pecado
ocupando lugar
en medio del sofá
donde los juegos
de la noche
tienen lugar

Como un destello de inocencia
Como una plegaria recurrente
La esperanza intacta y la fe
De que volverán, los labios
Que el destino aparto

pétalos de amor
perfuman el sendero
de penumbra otoñal
que recorren amantes
buscando los vientos
que corran el manto
despejando el intento
por albergar la pasión
en alas de los besos

guirnaldas de suspiros
prendidas en labios
velos seduciendo
tormentosos cabellos
que danzan enredando
las caricias dedicas
a los hilos del deseo

las huellas del adiós
surcan la mirada
nublando el corazón
robándole el color
a las mañanas
el vacío envuelve
restos de esperanza
en la desolación
de las ansias

remolinos de espuma
en vasos peregrinos
cuadros de luna llena
hechizando el destino
de amor en labios
pintados de olvido

se disipa la brisa
dejando estrellas
que guían anhelos
de errante soñador
en busca del sendero
que recorra capullos
y sonrisas en flor
liberando las manos
abrazando los cielos
que dirigen las nubes
en forma de pasión

sopla el viento
que encierra anhelos
abriendo ventanas
para que el amanecer
en la piel de un beso
llene las paredes
del destello cálido
del amor suspirado

labios lejos de los besos
manos vacías de ilusión
suplicas a los cielos
desiertos pasionales
confundiendo las almas
que turnan en fila
esperando amor

pasos en falso
entregados al ámbar
plegarias recurrentes
sin sano destino
labios entreabiertos
por deseos lejanos
sueño de primaveras
que niegan florecer

intentos de conquista
en las praderas
donde el verde
ilumina el vendaval
se prestan deseos
en las hogueras
donde los magos
juegan a las penas
buscando despejar
la melancolía
que llevan plegarias
en el pecho de las aves
que viajan errantes
por los ocasos
que dejo el amar

la brisa recorre
ausentes telarañas
despejando las migas
que dejo la calma
la tormenta paso
por las miradas
y en incierto lugar
donde se desenvuelven
las ocultas ansias
se disfruta el espiral
de donde sangran
los dardos del amor
en las mañanas

vientos de ilusión
alborotando sonrisas
barriletes que juegan
con hechizos
derramados en labios
pintados al alba
de la seducción
invitando insinuantes
a tomar posesión
del deseo entrelazado
con la pasión

se corren las cortinas
frías del ocaso
dejando las marcas
en los milagros
cae el vestido
de la noche
dejando un lunar
prendido en la piel
del suspiro

restos del instante
desparramando
los caprichos
ocupando intentos
por alcanzar
mieles derretidas
al compás de llamas
danzas hipnóticas
que piden al amor
que llene las copas

foto: colaboración de un estimado colega

ríos de sangre
riegan el manto
donde la cruz
descansa su llanto
empuñando la palabra
conquistando almas
sacrificio, suplica
castigo merecido
culpa, sacrilegio
amen, desperfecto

instantes arrugados
en solitaria esquina
donde la luz ampara
a las luciérnagas
hechiceras de momentos
deseosas de empezar
a derramar su magia
para enamorar
a la noche presumida
entregando delicias
en delicado disfrutar

espejismos confunden
las ideologías
despilfarros inundan
las caricias
y en medio intentos
por amanecer

vuelos rasantes
en delicada fuga
iluminan noches
donde todo es bruma
humedad de ausencia
solo deja gotas
empañando recuerdos
confundiendo el corazón
para tomar el veneno
que aleje el amor
de los sueños

la lluvia
dibuja cristales
empañados
por la soledad
la noche
se cierra etérea
en su capricho
de ocultar el color
la luna
vigilante perpetuo
delicada conjunción
para enamorados
el amparo
de la pasión

en la piel de los ruegos
el sagrado deseo
por surcar jardines
faltos de color
en besos profanos
la magia desteñida
instrumento que guía
a los labios en flor
para probar las delicias
del pecado arrollador

ríos de lágrimas
riegan ausencias
se prestan sumisas
caricias ajenas
duerme el sueño
de los silencios
ahogando intentos
por dejarse comer
gotas en estrellas
de un cielo pétreo
danzas paganas
contorneando hogueras
donde se funden
las tiernas artes
de olvidar

suena el murmullos
de los inquietos
esperando la chispa
que guíe el despertar
del gigante dormido
en el pecho del manso
inundando las venas
de calor punzante
que disipa las nubes
de la mediocridad
soplando el humo
de la libertad

arden intenciones
en noches sin luna
se libera la materia
purificando el alma
cortando cadenas

arde el pensamiento
en la noche serena
dando vueltas en labios
que no encuentran
la cena

como una sirena sin mar
como golondrina sin sur
destellos de ilusión
en labios tibios
y la pasión al alcance
de la mano

se perfuma la inocencia
presta a partir
en viaje de deseo
por las sendas
húmedas del arrabal
despejando los velos
de un manto celestial
donde quedan prendados
los intentos de amar

dos perlas
coronando
el jade
de la mirada
una fresa
por labios
y un susurro
al andar

pestañas entornadas
empañan el cristal
del abismo enmarañado
deshojando el penar
en cada beso un alivio
en cada pétalo un mar
de perfume cálido
que trae a las orillas
la espuma de amar

pasan crepusculares
lágrimas escuálidas
por la cocina de la ausencia
se marchitan los amores
en un vaso a medio llenar
con la desolación nítida
de la soledad incipiente
nada tiene el sabor
que tenia las mieles
y la luz mengua en ruegos
de quien lo quiere
y no lo tiene
vigilia intermitente
por los balcones
en sueño buscando
labios inmaculados
para dejar los besos
en resguardo
del corazón amado

el suspiro de la noche
enciende miradas
surcando estrellas
anidando en almas
que esperan el romance
a los pies de la mañana

surcan el silencio
mariposas
enamorando polen
endulzando vientos
que despeinan caricias
de amor viajero
buscando afirmarse
en labios sinceros

florecen pestañas
sonrisas perfumadas
hebras de emoción
enredando cabellos
suspiros al viento
imaginando besos
por el jardín
verde de deseos

besos encaprichados
por las condenas
que iluminan tenues
las húmedas cavernas
donde el refugio
cuesta la pena
que emanan gotas
formando estanques
donde luciérnagas
dibujan ausencias
en lo azul de la noche

las nubes del desencanto
se dispersan abrumadas
por la brisa enamorada
que en su errante soplar
despeja horizontes
abriendo las ventanas
para que entre el sol
desempolvando el alma

a flor de labios
el grito ahogado
de encandilar luces
explorando en exceso
cada pensamiento
del amor olvidado
en las mazmorras
del placer suculento

llegan las golondrinas
como la marea
inundando almas
de fugaz pasión
amor pasajero
difuminando deseo
en constante
peregrinar en besos
infundiendo la miel
que condimenta
los sabores del viento

las aguas arrastran
calamidades
que inundan pasos
dados en la duda
del amor estanco
piedras en los bolsillos
de la esperanza
espejos astillados
devolviendo intensiones
puestas a prueba
frente a las emociones
perlas en la vigilia
de las ilusiones

un beso
en la botella
del adiós
despeja
miradas
desilusión
en vasos
vacíos ya
la noche
lazarillo fiel
de mis roídas
penas
sucumbe
ante el suspiro
de la luz

la dama del lago
hace dibujos en el humo
confinando penurias
a ser mensaje embotellado
que mansamente arriba
a costas de indiferencia
esperando se desaten
las tormentas del amor

anhelos que se dispersan
entre la espesa niebla
que confunde conciencias
y despeja el corazón
de dolor y paciencia
entre nubes dispuestas
los susurros del amor

llueve despacio
en la vigilia
del silencioso ruego
las paredes del encanto
descascaran sin prisa
el pensamiento
que se encierra
entre las mantas
del ausente deseo