se impulsa el olvido
en alas de la derrota
se marchitan besos
esperando bocas
penumbra espesa
que a todo cubre
desdicha en cada paso
ocaso constante
picardía abandonada
sobre las miradas
que quedaron lejanas
q se pierden vacías
soledades que astillan
pensamientos
y latidos que se apagan
a los lados del abismo

duerme el deseo
en brazos de la pasión
dibujando plegarias
en vidrios empañados
noches enteras dedicadas al sabor
de un delicado capullo
que se entrega pleno
seducción en latidos
danza sobre el mar
alma que espera
que retorne el ámbar
para emprender
el recorrido de sueños
sobre la piel
de una gota
de una mujer

animas danzan
apretando intentos
cuarto menguante

emociones alteradas
mezcla de intentos
a medio caer
susurra el silencio
duerme el deseo
sobre la pasión

carnaval de miradas
enredándose
como en un vaivén
de pronta tentación
caminante de ausencias
peregrino del olvido
fugitivo de los besos
regalados al vacío

y caer entre los pétalos
que marchitan el sueño
y despojar al suspiro
de toda identidad

el silencio ocupa su despertar
la penumbra prepara
su pequeña muerte
y en los brazos del ocaso
el corazón se inunda
de la lejanía
de estar a la par

cae el rocío sobre miradas
que empañan suavemente
las ventanas donde descansan
tremulos los sentidos
amontonando intenciones
desabrochando despacio
los vestidos del destino
dejando la piel en los suspiros

nace la penumbra
sometiendose
a claros de luna
se disipa
la mirada audaz
se desnuda el instante
mostrando la piel
esperando caricias
que calmen la sed