las cenizas que todo lo ven
llegan de barcos siniestros
donde duerme el placer
al reparo de los sueños
la bruma del espanto
rodea el pensamiento
espuma de pecado
esparcida por el viento
cubre los campos de saber
duerme el pensamiento
enredado en espiral
quedan cenizas en la piel
marcas de enamorados
besos fríos para quien
duerme en el agobio
las pupilas hinchadas
de esperar una mueca
esas que la suerte
a veces suele dar