sábado, 16 de agosto de 2008

duerme en despedidas
el beso del adiós
esperando la noche
para desplegar
las alas del olvido
la caricia que se da
cuando todo termina
sin mas posibilidad
la penumbra llena
los espacios comunes
derramando el lamento
en entender al fin
que el telón ha caído
y no volverán
a pasar por mis huesos
los labios amados
las mañanas de sol
sumerge la angustia
frió y desolación
y el vacío en las manos
duele en el corazón
que llora en silencio
agonizante a los pies
de la muerte del amor

1 comentario:

Madeja de Palabras dijo...

No sé qué sendero o cosa parecida tomé para recorrer los senderos del derrumbe emocional. Y aquí me tienes, desolademente enganchada a estas letras.

Saludos. A ras del suelo. No podría ser de otra manera.