viernes, 29 de agosto de 2008

promiscuo atardecer
entregando silencios
a sórdidos peregrinos
del deseo carnal
sabanas de instantes
inundando conciencias
obligando al destino
a morder el después
se consume inocente
el placer inconstante
en las llamas incautas
de la mediocridad

3 comentarios:

lucesita dijo...

por dios lo qe escribiste me hace acordar a la noche qe tuve ayer, lo juro.
besos enormes para vos

Verbo... dijo...

esoo digo Yo

Si a dios no le gustan las promiscuidades, porque no le enseñó a los perros a hacer lo propio a escondidas, en lo privado.

Besos ♥

M.

Anónimo dijo...

Que verdades las de tu poesía, leí otras y me gustaron mucho (:, escribís muy bien realmente.