domingo, 24 de agosto de 2008

ilumina las ventanas
marchitas de amor
la luz de la mañana
que viene a entregar
el alivio esperado
de que sucumbió
la noche eterna
feroz decepción
donde la penumbra
confirma su reinado
de quieta tempestad
por el tortuoso viaje
por ombligos incipientes
plenos de pecados
y ajenos al calor
de las caricias
dadas de corazón

1 comentario:

Unknown dijo...

Hay que abrir la penumbra con la pluma que nos dejó las caricias dadas de corazón. Hemos de nombrar para hacer camino. El amor marchito tiene brotes que nacen en la tierra menos pensada.